lunes, 28 de junio de 2010

Benedicto XVI: Santo Tomás, Maestro de Vida también ahora

Benedicto XVI: Santo Tomás, Maestro de Vida también ahora


CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 23 de junio de 2010 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación la catequesis pronunciada hoy por el Papa Benedicto XVI en la Plaza de San Pedro, ante los miles de peregrinos presentes para la Audiencia General.


* * * * *


Queridos hermanos y hermanas,

quisiera hoy completar, con una tercera parte, mis catequesis sobre santo Tomás de Aquino. Aún a más de setecientos años de distancia de su muerte, podemos aprender mucho de él. Lo recordaba también mi predecesor, el papa Pablo VI, quien, en un discurso pronunciado en Fossanova el 14 de septiembre de 1974, con ocasión del séptimo centenario de la muerte de santo Tomás, se preguntaba: “Maestro Tomás, ¿qué lección nos puedes dar?”. Y respondía así: “la confianza en la verdad del pensamiento religioso católico, como él lo defendió, expuso, abrió a la capacidad cognoscitiva de la mente humana" (Enseñanzas de Pablo VI, XII[1974], pp. 833-834). Y, en el mismo día, en Aquino, refiriéndose siempre a santo Tomás, afirmaba: “todos, cuantos somos hijos fieles de la Iglesia, podemos y debemos, al menos en alguna medida, ser sus discípulos" (Ibid., p. 836). Pongámonos también nosotros en la escuela de santo Tomás y de su obra maestra, la Summa Theologiae. Ésta quedó incompleta, y con todo es una obra monumental: contiene 512 cuestiones y 2669 artículos. Se trata de un razonamiento compacto, en el que la aplicación de la inteligencia humana a los misterios de la fe procede con claridad y profundidad, entretejiendo preguntas y respuestas, en las que santo Tomás profundiza la enseñanza que viene de la Sagrada Escritura y de los Padres de la Iglesia, sobre todo de san Agustín. En esta reflexión, en el encuentro con verdaderas preguntas de su tiempo, que son a menudo también preguntas nuestras, santo Tomás, utilizando también el método y el pensamiento de los filósofos antiguos, en particular Aristóteles, llega así a formulaciones precisas, lúcidas y pertinentes de las verdades de fe, donde la verdad es don de la fe, resplandece y se nos hace accesible a nosotros, a nuestra reflexión. Este esfuerzo, sin embargo, de la mente humana – recuerda el Aquinate con su propia vida – está siempre iluminado por la oración, por la luz que viene de lo Alto. Sólo quien vive con Dios y con los misterios puede también comprender lo que dicen.

En la Summa de Teología, santo Tomás parte del hecho de que hay tres formas diversas del ser y de la esencia de Dios: Dios existe en sí mismo, es el principio y el fin de todas las cosas, por lo que todas las criaturas proceden y dependen de Él; después Dios está presente a través de su Gracia en la vida y en la actividad del cristiano, de los santos; finalmente, Dios está presente de modo totalmente especial en la Persona de Cristo, unido aquí realmente con el hombre Jesús, y operante en los sacramentos, que brotan de su obra redentora. Por eso, la estructura de esta monumental obra (cfr. Jean-Pierre Torrell, La «Summa» di San Tommaso, Milano 2003, pp. 29-75), una búsqueda con “mirada teológica” de la plenitud de Dios (cfr. Summa Theologiae, Ia, q. 1, a. 7), está articulada en tres partes, e ilustrada por el mismo Doctor Communis – santo Tomás – con estas palabras: “El fin principal de la sagrada doctrina es el de hacer conocer a Dios, y no sólo en sí mismo, sino también en cuanto que es principio y fin de las cosas, y especialmente de la criatura racional. En el intento de exponer esta doctrina, trataremos en primer lugar de Dios; en segundo lugar, del movimiento de la criatura hacia Dios; y en tercer lugar, de Cristo, el cual, en cuanto hombre, es para nosotros camino para ir a Dios" (Ibid., I, q. 2). Es un círculo: Dios en sí mismo, que sale de sí mismo y nos toma de la mano, de modo que con Cristo volvemos a Dios, estamos unidos a Dios, y Dios será todo en todos.

La primera parte de la Summa Theologiae indaga por tanto sobre Dios en sí mismo, sobre el misterio de la Trinidad y sobre la actividad creadora de Dios. En esta parte encontramos también una profunda reflexión sobre la realidad auténtica del ser humano en cuanto que salido de las manos creadoras de Dios, fruto de su amor. Por una parte somos un ser creado, dependiente, no venimos de nosotros mismos; por la otra, tenemos una verdadera autonomía, de modo que somos no solo algo aparente – como dicen algunos filósofos platónicos – sino una realidad querida por Dios como tal, y con valor en sí misma.

martes, 22 de junio de 2010

Ciencia e Investigación en Santo Tomás - Dr. Mario Caponnetto

Ciencia e Investigación en Santo Tomás
Dr. Mario Caponnetto


Estimados:

El próximo viernes 25 de Junio a partir de las 19.30 hs. contaremos con la presencia del Dr. Mario Caponnetto en Mar del Plata, quien brindará una conferencia titulada "Ciencia e Investigación en Santo Tomás" en el marco del “Seminario sobre Fe y Razón” que organiza el Centro de Humanidades Josef Pieper.


La misma, se realizará en el Centro Educativo FASTA, Falucho 3122, de nuestra ciudad.

En virtud del tema a abordar y el nivel del expositor, es que recomendamos vivamente este encuentro, que cuenta con el auspicio de la SITA – Sección Argentina.

jueves, 17 de junio de 2010

Fe y razón no se excluyen y permiten llegar a Dios, recuerda el Papa Benedicto XVI

Fe y razón no se excluyen y permiten llegar a Dios, recuerda el Papa Benedicto XVI


VATICANO, 16 Jun. 10 (ACI).- En su habitual catequesis de la Audiencia General de este miércoles, el Papa Benedicto XVI continuó la reflexión sobre Santo Tomás de Aquino, conocido como el "Doctor Angélico" de quien dijo es un ejemplo de la necesaria relación y complementariedad entre fe y razón, entre la filosofía y la teología que permiten llegar a la verdad y así a Dios.

Tras recordar que este Santo es Patrono de las universidades católicas, el Santo Padre señaló que Tomás de Aquino se centra en la distinción entre filosofía y teología, porque en su época, a la luz por una parte de la filosofía aristotélica y platónica y por otra de la elaborada por los Padres de la Iglesia, "la cuestión acuciante era si el mundo de la racionalidad, la filosofía pensada sin Cristo y el mundo de la fe eran compatibles o se excluían".

"Tomás estaba firmemente convencido de su compatibilidad, más aún de que la filosofía elaborada sin conocer a Cristo esperaba casi la luz de Jesús para ser completa. Esta fue la novedad de Tomás, que determina su camino de pensador: Mostrar la independencia de la filosofía y teología y al mismo tiempo su relación".

Para el Santo "la fe consolida, integra e ilumina el patrimonio de verdad que la razón humana adquiere. La confianza que Santo Tomás concede a estos dos instrumentos de conocimiento –la fe y la razón– se remonta a la convicción de que ambos provienen de la única fuente de toda verdad, el Logos divino, que opera tanto en el ámbito de la creación como en el de la redención".

jueves, 3 de junio de 2010

Benedicto XVI: Santo Tomás, el “Doctor angélico”

Benedicto XVI: Santo Tomás, el “Doctor angélico”


CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 2 de junio de 2010 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el texto de la catequesis que el Papa Benedicto XVI pronunció hoy durante la Audiencia General, con los peregrinos congregados de todo el mundo en la Plaza de San Pedro.


* * * * *


Queridos hermanos y hermanas,

tras algunas catequesis sobre el sacerdocio y mis últimos viajes, volvemos hoy a nuestro tema principal, es decir, a la meditación sobre algunos grandes pensadores de la Edad Media. Habíamos visto últimamente la gran figura de san Buenaventura, franciscano, y hoy quisiera hablar de aquel que la Iglesia llama el “Doctor communis”: es decir santo Tomás de Aquino. Mi venerado Predecesor, el Papa Juan Pablo II, en su encíclica “Fides et ratio” recordó que santo Tomás “ha sido siempre propuesto por la Iglesia como maestro de pensamiento y modelo del modo recto de hacer teología” (n. 43). No sorprende que, después de san Agustín, entre los escritores eclesiásticos mencionados en el Catecismo de la Iglesia Católica, santo Tomás sea citado más que ningún otro, ¡hasta sesenta y una veces!. Fue llamado también “Doctor Angelicus”, quizás por sus virtudes, en particular la sublimidad de su pensamiento y la pureza de su vida.

Tomás nació entre 1224 y 1225 en el castillo que su familia, noble y rica, poseía en Roccasecca, en las cercanías de Aquino, cerca de la célebre abadía de Montecassino, adonde fue enviado por sus padres para recibir los primeros elementos de su instrucción. Algún año después se trasladó a la capital del Reino de Sicilia, Nápoles, donde Federico II había fundado una prestigiosa Universidad. En ella se enseñaba, sin las limitaciones vigentes en otros lugares, el pensamiento del filósofo griego Aristóteles, al cual el joven Tomás fue introducido, y cuyo gran valor intuyó enseguida. Pero sobre todo, en aquellos años transcurridos en Nápoles, nació su vocación dominica. Tomás fue de hecho atraído por el ideal de la orden fundada no muchos años antes por santo Domingo. Con todo, cuando se revistió el hábito dominico, su familia se opuso a esta elección, y fue obligado a dejar el convento y a transcurrir algún tiempo en familia.

En 1245, ya mayor de edad, pudo retomar su camino de respuesta a la llamada de Dios. Fue enviado a París para estudiar teología bajo la guía de otro santo, Alberto Magno, sobre el que hablé recientemente. Alberto y Tomás estrecharon una verdadera y profunda amistad y aprendieron a estimarse y a apreciarse, hasta el punto que Alberto quiso que su discípulo le siguiera también a Colonia, donde él había sido enviado por los superiores de la orden a fundar un estudio teológico. Tomás mantuvo entonces contacto con todas las obras de Aristóteles y de sus comentaristas árabes, que Alberto ilustraba y explicaba.

Sobre el Comunicado de Prensa emitido por el Comité Ejecutivo de la CEA respecto del Aborto en Argentina

Semántica cobarde para un Catolicismo en retirada  Ernesto Alonso        Es poco decir, “semántica cobarde” para calificar y enjuiciar el Co...

Entradas populares de los últimos 30 días