P. Jorge Loring, S.I.
Los enemigos de la Iglesia la insultan llamándola autoritaria, intransigente, fundamentalista, que no se acomoda a las ideas de los tiempos y es insensible a los gustos de la gente; por ejemplo en temas como las relaciones sexuales fuera del matrimonio, el aborto, la eutanasia, el divorcio, el matrimonio de homosexuales, los experimentos con embriones, etc.
Le ponen un calificativo negativo para desprestigiarla, en lugar de valorar su virtud de fidelidad.
La Iglesia es fiel al Evangelio y a Jesucristo. No se deja influir con las modas de los hombres. El adherirse a la verdad es una virtud, no un defecto.