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viernes, 18 de enero de 2019

Pieper y Guardini en Rothenfels: un encuentro fecundo - Alberto Berro

Pieper y Guardini en Rothenfels: un encuentro fecundo
Dr. Alberto Berro


Las notas autobiográficas de Romano Guardini escritas entre 1943 y 1945, ubican en la Pascua de 1920 el inicio de sus tareas en el movimiento de juventudes católicas Quickborn, en el Castillo Rothenfels. Guardini tenía entonces 35 años. Nada se dice allí acerca de Josef Pieper. Otras biografías indican que en agosto del mismo año se produjo un "primer encuentro" con un grupo de jóvenes entre los que se lo menciona. ¿A qué se debe la omisión de este encuentro por parte de Guardini?. En este ensayo, Alberto Berro* indaga el fecundo encuentro entre Pieper y Guardini.


1. Un adolescente en Rothenfels

Las notas autobiográficas de Romano Guardini, Berichte über mein Leben [1], escritas entre 1943 y 1945, ubican en la Pascua de 1920 el inicio de sus tareas en el movimiento de juventudes católicas Quickborn, es decir, "fuente de vida", en el Castillo Rothenfels. Guardini tenía entonces 35 años. Nada se dice allí acerca de Josef Pieper. Otras biografías indican que en agosto del mismo año se produjo un "primer encuentro" con un grupo de jóvenes entre los que se lo menciona. ¿A qué se debe la omisión de este encuentro por parte de Guardini?. La explicación proviene del propio Pieper, muchos años después, en 1981, en ocasión de recibir el Premio Guardini: «Como alumno secundario, participando desde hacía algún tiempo de "Quickborn", tuve, a los deiciséis años de edad, mi primer encuentro con Romano Guardini. "Encuentro" resulta naturalmente un nombre un poco demasiado elevado para el modesto hecho de que aquella fue la primera vez que ví a este hombre a la distancia –como uno entre más de cien jóvenes y señoritas–, que en el patio interior del castillo de Rothenfels, sobre el río Main, lo escuchamos hablarnos, silenciosos y fascinados» [2].

"Fecundo" fue el encuentro, entonces, para Pieper, y para el realismo cristiano. Guardini ni siquiera debe haber reparado en el adolescente, a juzgar por la actitud con que éste se autodescribe al recordar esos tiempos, esta vez en un homenaje al maestro al cumplir sus 70 años, en 1955: «No puede Ud. saber, muy venerado Romano Guardini, cuán a menudo yo, entre mis dieciséis y mis, digamos, veintitrés años, me he apoyado sobre Usted, primero en Rothenfels..., y más tarde en el Auditorio y en el Seminario de la Universidad de Berlín. No lo puede saber, porque durante aquellos siete años he permanecido como un escucha obstinadamente silencioso» [3]. Se quedaba totalmente callado, escuchando, «mirando con envidioso respeto hacia el círculo de quienes se atrevían a conversar con Ud. Tan sencillamente acerca de Kierkegaard, sobre Dostoievski o sobre uno de los muchos "problemas" que nos movilizaban», decía entonces comparando su actitud con la de otros oyentes que, seguramente mayores que él, participaban activamente en los encuentros, en los que, como lo recuerda el mismo Guardini [4], «cada palabra era la respuesta a una pregunta. Lo que uno decía, era retomado por otro y así sucesivamente».

En 1936, de visita por Rothenfels [5] Pieper tiene la gran alegría de reencontrarse casualmente con el antiguo maestro, y es recién entonces que se da un verdadero "encuentro". En 1955 comenta Pieper: «Recién mucho tiempo después, luego de que yo mismo ya había publicado algunos opúsculos, nos hemos encontrado mutuamente, por primera vez de manera recíproca, el uno ante el otro» [6]. Y en el discurso de 1981 agrega, ilustrando la inmensa pero natural autoridad del maestro: «En aquél primer encuentro yo tenía, digamos, dieciséis años. Y aunque en los años siguientes estuve en tres oportunidades nuevamente en una jornada de Rothenfels, y por ende en su cercanía; y aún cuando asistí a sus lecciones como estudiante en Berlín en 1926 y 1927, pasaron todavía dieciséis años más hasta que dirigí la palabra por primera vez a Guardini... Dieciséis años después de 1920: eso era en 1936, el tercer año de dominio nacionalsocialista. Yo ya tenía un hijo; y media docena de escritos míos habían sido publicados» [7].

sábado, 26 de mayo de 2018

Santo Tomás de Aquino: ayer, hoy y siempre - P. Cornelio Fabro

Santo Tomás de Aquino: ayer, hoy y siempre
(ante el VII centenario de su muerte)
Entrevista al P. Cornelio Fabro


-Al conmemorar el séptimo centenario de la muerte de Santo Tomás, surge espontánea, y en primer lugar, la pregunta sobre la vigencia actual del tomismo. Hay quien piensa en él como en un "sistema" cerrado, acabado, esencialmente ligado a los problemas y circunstancias de su época. ¿La obra de Santo Tomás, es realmente un sistema? Y, si su vigencia actual no es la de un sistema, ¿en qué radica principalmente su valor permanente?

La filosofía y la teología de Santo Tomás no constituyen un sistema. La sistematización de su obra se hizo después y, desgraciadamente hay que decir que el tomismo de escuela no siempre corresponde exactamente a las posiciones auténticas de Santo Tomás, por haber absorbido el polvo de diversas corrientes escolásticas, velando a veces la originalidad de Santo Tomás, con fórmulas que no son de Santo Tomás.

Ciertamente no hay que considerar a S. Tomás como si fuese el punto final, o una especia de arsenal en el que podamos encontrar respuestas ya formuladas para todos los problemas: no es posible; nos separan siete siglos, y la humanidad ha pasado por una inmensidad de experiencias, la cultura ha hecho adquisiciones de todo género; y la ciencia, y la misma reflexión filosófica ha descubierto, por ejemplo, una originalidad de la libertad, que en Santo Tomás está ya apuntada, pero no desarrollada.

Pero el tomismo auténtico -el de Santo Tomás- tiene y tendrá siempre una actualidad permanente. No, como un sistema -el mismo concepto de sistema lo acuño mucho después la filosofía de origen cartesiano-; sino por la actualidad perenne de las dos instancias fundamentales del conocimiento humano, que S. Tomás supo armonizar. Me refiero, concretamente, a esa especie de convivencia, en el tomismo, de lo que podemos llamar la esencia de la trascendencia platónica, con la esencia de la concreción aristotélica. Es decir, la armonía de esa instancia permanente de autonomía, de consistencia del mundo y de la persona, con la aspiración profunda hacia el infinito, hacia Dios, al que se llega a través de la inteligencia y de la libre elección de la voluntad. Es por esta característica especulativa propia -más que por su origen-, por lo que S. Tomás se destaca netamente de las diversas escuelas filosóficas.

lunes, 12 de febrero de 2018

Santo Tomás de Aquino, ora por nosotros

Santo Tomás de Aquino, ora por nosotros


El 18 de julio de 1323 Santo Tomás fue canonizado por el Papa Juan XXII en Avignon. En la bula de canonización aparece ya la frase que Pío XI repitió en la "Studiorum ducem": "Ipse plus illuminavit Ecclesiam, quam omnes alii doctores. (El mismo iluminó a la Iglesia más que todos los otros doctores)".

La doctrina y el método de Santo Tomas han sido alabados constantemente por los Papas desde su canonización hasta hoy día. Una lista bastante exhaustiva de testimonios se puede leer en RAMÍREZ, Santiago, O.P., Introducción a Santo Tomás de Aquino, B.A.C., Madrid, 1975.

El hito más importante en la historia del magisterio eclesiástico sobre Santo Tomás lo constituye sin duda la Encíclica "Aeterni Patris" de León XIII, del 4 de agosto de 1879. Tras un período de desconcierto en la teología y filosofía católicas, debido a la irrupción de las filosofías post-cartesianas en medio de la crisis generalizada posterior a la Revolución Francesa, el Papa pone como remedio el retorno a la sabiduría del Aquinate, en quien ve la culminación, hasta el presente, del secular esfuerzo de la sabiduría cristiana, iniciado con los Apóstoles y los Padres de la Iglesia. En esa Encíclica, y en las de los sucesores de León XIII, que continuaron su programa, se afirma claramente la primacía doctrinal de Santo Tomás sobre todos los otros doctores católicos, lo cual no expresa una exclusividad, sino una preferencia.

miércoles, 30 de enero de 2013

La Síntesis Filosófica de Santo Tomás de Aquino - Francisco Canals Vidal

La Síntesis Filosófica de Santo Tomás de Aquino
Francisco Canals Vidal


Conferencia de Francisco Canals Vidal, el 26 de enero de 2001, en el acto en honor de Santo Tomás de Aquino del Instituto Filosófico de Balmesiana y la sección barcelonesa de la SITA.


Por haber sido Santo Tomás de Aquino el doctor que estableció, de alguna manera por primera vez, y ciertamente con la máxima precisión, la distinción entre la Doctrina Sagrada o Teología y la Filosofía, el tema de la síntesis filosófica de Santo Tomás de Aquino tiene una significación capital no sólo históricamente, sino también por su mismo contenido doctrinal.

En los intentos de caracterización de aquella síntesis filosófica tuvo un especial significado la aprobación, durante el Pontificado de Pío X, de Veinticuatro tesis cuyos autores habían consultado a la Santa Sede sobre si expresaban principia et pronunciata maiora de la filosofía de Santo Tomás. En 27 de julio de 1914 respondía afirmativamente la entonces llamada Sagrada Congregación de Estudios: "eas plane continere sancti Doctoris principia et pronunciata maiora" (A.A.S. nº 6, 1914, pp. 383-386).

A una nueva consulta "sobre si todas aquellas veinticuatro tesis filosóficas contenían realmente doctrina auténtica de Santo Tomás y, en caso afirmativo, si debían imponerse para ser sostenidas en las escuelas católicas", respondió la Sagrada Congregación de Seminarios y Universidades de Estudios, en 7 de marzo de 1916, que "todas aquellas veinticuatro tesis expresan auténtica doctrina de Santo Tomás, y sean propuestas como normas seguras directivas" (A.A.S. nº 8, 1916, pp.156-157).

miércoles, 18 de abril de 2012

Claves para Comprender la Cultura Contemporánea - Mons. Dr. Antonio Marino

Claves para Comprender la Cultura Contemporánea
Mons. Dr. Antonio Marino




El Centro de Humanidades Josef Pieper con el auspicio de la Sociedad Internacional Tomás de Aquino (SITA) - Sección Argentina, entre otras instituciones, tiene el agrado de invitarlos a participar del primer Café Filosófico del año, a realizarse el sábado 21 de Abril a partir de las 10.15hs de la mañana en el Aula Magna del CEDIER (Centro Diocesano de Estudio y Reflexión), Pasaje Catedral 1750 - 2º Piso, de nuestra ciudad de Mar del Plata.

El tema que convoca en esta oportunidad es “Claves para Comprender la Cultura Contemporánea”, a cargo de Mons. Dr. Antonio Marino, quien inaugurará así el Curso “Cultura y Contracultura en Nuestro Tiempo” que dicta el Centro Pieper este año, bajo el lema: “Pasión por la verdad”.

Los interesados pueden inscribirse directamente en el CEDIER, unos minutos antes del inicio del Café Filosófico, donde además se brindarán detalles del programa de todo el año. El Ingreso es Libre de Aranceles.

Sobre el Comunicado de Prensa emitido por el Comité Ejecutivo de la CEA respecto del Aborto en Argentina

Semántica cobarde para un Catolicismo en retirada  Ernesto Alonso        Es poco decir, “semántica cobarde” para calificar y enjuiciar el Co...

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