El autoconocimiento como fuente de la actividad educativa en el pensamiento de Santo Tomás De Aquino [1]
Dr. Enrique Martínez
Universidad Virtual Santo Tomás – «Balmesiana»
1. Conócete a ti mismo
Toda la paideia griega se nutrió de la sabiduría de aquella sentencia grabada en el templo de Apolo, en Delfos: «Conócete a ti mismo» [2]. Desde entonces la afirmación de que el conocimiento y la enseñanza de la verdad están profundamente arraigados en la autoconciencia ha recorrido la historia del pensamiento filosófico y teológico. Así lo reconoce el Papa Juan Pablo II al inicio de su encíclica Fides et Ratio en un texto que he querido usar como pórtico de mi estudio:
Tanto en Oriente como en Occidente es posible distinguir un camino que, a lo largo de los siglos, ha llevado a la humanidad a encontrarse progresivamente con la verdad y a confrontarse con ella. Es un camino que se ha desarrollado -no podía ser de otro modo- dentro del horizonte de la autoconciencia personal: el hombre cuanto más conoce la realidad y el mundo y más se conoce a sí mismo en su unicidad, le resulta más urgente el interrogante sobre el sentido de las cosas y sobre su propia existencia. Todo lo que se presenta como objeto de nuestro conocimiento se convierte por ello en parte de nuestra vida. La exhortación Conócete a ti mismo estaba esculpida sobre el dintel del templo de Delfos, para testimoniar una verdad fundamental que debe ser asumida como la regla mínima por todo hombre deseoso de distinguirse, en medio de toda la creación, calificándose como «hombre» precisamente en cuanto «conocedor de sí mismo» [3].
En este camino ha habido sin duda trechos más luminosos que otros. Tengo la convicción de que el recorrido a la luz del mediodía ha sido aquél en el que se ha comprendido al hombre como imagen de la Trinidad divina, por su memoria, inteligencia y voluntad. Esta idea ha permitido a su vez alumbrar múltiples momentos de la vida humana, entre los que me gustaría destacar la actividad educativa; trataré por ello de mostrar en este estudio la estrecha vinculación entre la autoconciencia y el orden docente. Y pienso que Santo Tomás de Aquino, Doctor Humanitatis [4], es obligada parada en este camino, tanto por su doctrina acerca del hombre [5], como por su profunda pedagogía [6].