La praxis de la Psicología y sus niveles epistemológicos según santo Tomás de Aquino
Martín F. Echavarría*
Gerona, Documenta Universitaria, 2005
La psicología contemporánea parece caracterizarse, desde sus orígenes mismos, por la multiplicidad de sus contenidos, como también por su casi infinita fragmentación en corrientes opuestas. Esto genera importantes dificultades, no sólo a los que quieren tener una primera aproximación de conjunto a la misma, sino también a los especialistas, que muchas veces no alcanzan una opinión suficientemente clara sobre la naturaleza epistemológica de la psicología, ni sobre su unidad disciplinar. Esta obra, sin descuidar el problema global, se centra en un aspecto particular de éste: el presentado por la praxis de la psicología, en particular por la psicoterapia y sus fundamentos teóricos. Se pone especial interés en una visión crítica del psicoanálisis, que es un punto de referencia inevitable (positivo o negativo) para la mayoría de las corrientes de psicoterapia. Pero este intento de esclarecimiento epistemológico y práctico se lleva a cabo desde un punto de vista original: a la luz del pensamiento de Santo Tomás de Aquino (1225-1274), conocido como uno de los más grandes teólogos y filósofos de la Iglesia Católica. Las cualidades del Aquinate como epistemólogo son ampliamente conocidas y apreciadas. Menos conocida es su faceta de psicólogo, que esta obra quiere poner de manifiesto con gran detalle para evidenciar la actualidad de las líneas maestras de la psicología de santo Tomás, como también la posibilidad de practicar hoy la psicología bajo la guía fundamental del Doctor Humanitatis.
(Extracto de la Introducción general)
«Sapientis est ordinare». Con esta cita de la Metafísica de Aristóteles[1] se inicia la Summa Contra Gentiles, obra en la que santo Tomás presenta las verdades centrales de la fe cristiana contra las impugnaciones de los paganos -y contra los cristianos que se habían dejado influir en exceso por el pensamiento de estos-[2]. La finalidad de nuestro estudio es sin dudas mucho más limitada. Sin embargo, como no deja de tener cierta semejanza con la intención tomasiana en la «Summa Philosophica», aunque ceñida a un campo más particular, la referencia no carece de sentido.
El «sabio» al que nos estamos refiriendo es seguramente santo Tomás, recientemente proclamado Doctor Humanitatis. Es a este sabio, de cuya profunda contemplación han brotado y continúan brotando tantas riquezas para los hombres, a quien recurrimos para intentar poner un poco de orden en el aparente y realmente enrevesado ámbito de la psicología contemporánea.
Como lo indica el título mismo de esta tesis, «La praxis de la psicología según santo Tomás», no es nuestro interés principal aquí ocuparnos de cualquier área de la psicología contemporánea, aunque forzosamente haremos abundante referencia a todas ellas, sino de la práctica que se le suele atribuir (llámesela psicoterapia, consejo personal o familiar, orientación vocacional, etc.). Ésta, a pesar de ser generalmente poco estudiada en sus fundamentos filosóficos y epistemológicos, suele ser la principal ocupación de quien ha estudiado psicología, y es lo que la gente en general (y no sólo el vulgo) llama hoy en día «psicología». Cuando se piensa en la psicología no viene en mente un hombre con túnica blanca que analiza el comportamiento de un ratón metido en un laberinto, o que prueba las reacciones bioquímicas o eléctricas de una neurona, sino más bien un hombre que se ocupa de escuchar y ayudar a otro hombre, encerrado sí, pero en el laberinto de su propio corazón. De aquí en más, entonces, al decir «psicología» nos estaremos refiriendo sobre todo a esta forma de praxis, salvo que se indique lo contrario. Es la naturaleza de esta actividad que será el objeto de la indagación de este estudio, bajo la luz que nos proporcionan las obras filosóficas y teológicas del Doctor Angélico, y muy particularmente la II pars de la Summa Theologiae.